Tanta fue la sorpresa de la homenajeada que decidió que no quería comerse su tarta y que la iba a indultar. Como les dijimos que la tarta tenía que estar en un lugar fresco ¡qué sitio más fresco que en el congelador!
Y así lo hicieron. Allí está metida la tarta, con adornos incluidos. ¿hasta cuando la dejarán indultada?. Eso si, la sorpresa se la llevarán cuando al descongelarse el fondant y los adornos se estropeen.
Pobre Yolanda en miniatura.
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